viernes, 9 de octubre de 2015

Una embajada muy, muy lejana

Tras una larguísima temporada sin escribir por estos lares, vuelvo con uno de esos pequeños retazos de la Historia que, escondidos entre los grandes sucesos, esconden relatos curiosos. Y es que uno de los aspectos más positivos que me he encontrado a la hora de escribir entradas en el blog es que, poco a poco, gente que sigue mis andanzas por estos mundos tecnológicos (muchas gracias por vuestra presencia y apoyo) me va proporcionando pequeños (o grandes) temas en los que investigar y poder difundir con todos vosotros.
 En este caso, una buena amiga hace un tiempo me habló de una curiosa embajada que llevaron a cabo nobles de la Corona castellana en la época de Enrique III (1379-1406); dicha embajada, que se llevó a cabo a finales del siglo XIV,  se desplazó a los lejanos territorios asiáticos donde gobernaba Tamerlán, el gran jefe mongol. El objetivo era establecer una alianza para enfrentarse con los turcos que asediaban las fronteras del Imperio Bizantino y, de paso, llevaban a cabo acciones piráticas en el Mediterráneo (y, por ende, en las costas españolas).
 Para el tema que nos interesa, esta embajada trajo consigo una serie de intercambio de regalos, y el acercamiento de los diplomáticos peninsulares a las mujeres cortesanas de aquellos lares. De hecho, las crónicas nos hablan de que los embajadores castellanos trajeron con ellos de regreso a dos mujeres que son llamadas Angelina de Grecia y María Gómez, desconociendo sus nombres originales; dichas mujeres fueron concedidas por el rey Enrique III para que se casaran con dignatarios del reino.
Al parecer, cuentan las crónicas que Angelina de Grecia y María eran primas del rey de Hungría, Segismundo (y, por tanto, princesas de aquel reino), y que fueron raptadas en tiempos de guerra por el sultán turco Bayaceto tras la batalla de Nicópolis; a su vez este sultán sería derrotado por Tamerlán, y éste tomaría cautiva a doña Angelina como parte de su victoria. A su llegada a España, el rey la casó con Diego González de Contreras, regidor de Segovia. Sus restos reposan en un sepulcro de la iglesia de San Juan de los Caballeros de dicha ciudad castellana.
 De María Gómez (o María de Hungría, según otras crónicas) poco sabemos, sólo que contrajo matrimonio con uno de los integrantes de la primera embajada a Tamerlán, Payo Gómez de Sotomayor, y que a su muerte fue enterrada en un convento cercano a Pontevedra.
 Como se puede comprobar, y como se ha visto en entradas anteriores (la princesa que vino del Norte) la mujer, en muchas épocas, y en concreto en la época medieval fue considerada como un instrumento de negociación política que se empleaba como medio de unión de dos reinos a través de su dote, por ejemplo. En otras ocasiones, como es el caso que nos ocupa, la mujer fue considerada un simple objeto de agasajo de una corte hacia otra para establecer relaciones de amistad, equiparándose su valor al de joyas, tejidos o (perdón por la comparación) animales exóticos.



Bibliografía

- Contreras, Juan de, Doña Angelina de Grecia, Segovia, 1913. Recurso electrónico: http://www.europeana.eu/portal/record/2022701/D89D1DE566011CD23B618D9E022A056EB374121D.html
González de Clavijo, Ruy, Historia del Gran Tamorlán e itinerario y enarración del viage, y relación de la embajada que Ruy González de Clavijo le hizo por mandado del muy poderoso señor rey don Henrique el tercero de Castilla, Madrid, 1782 (1ª ed. 1582 publicada por Argote de Molina). Recurso electrónico: http://bivaldi.gva.es/es/consulta/registro.cmd?id=6513