domingo, 6 de abril de 2014

La duquesa y el jardín

Ahora que vamos entrando poco a poco en la primavera (aunque a veces el tiempo parezca desmentirlo), existen excursiones clásicas en Madrid que todo el mundo debería de llevar a cabo. Una de estas excursiones, que no requiere un esfuerzo excesivo, es la visita al Jardín del Capricho. Este jardín histórico data de fines del siglo XVIII y se encuentra en el barrio de la Alameda de Osuna (Barajas), cerca del parque de Juan Carlos I y de los restos del castillo de los condes de Barajas (s. XV).
 La idea de mencionar este jardín es que fue iniciativa de María Josefa Pimentel y Téllez-Girón (1752-1835), XII duquesa de Benavente, duquesa de Osuna  y destacada aristócrata en un momento de profundos cambios en España.
Nacida en Madrid de familia noble, la condesa-duquesa de Benavente fue una mujer culta y refinada; incluso tuvo la opción de conocer diversos entornos europeos ya que su marido, el duque de Osuna, fue embajador español en Viena y París, por ejemplo. Tuvo numerosos hijos (diez, de los que cinco fallecieron al nacer) , y falleció en Madrid en 1835.
Esta mentalidad abierta llevó a María Josefa Pimentel, al igual que a otras mujeres de su clase, (ver El primer feminismo en España), a abrir un salón literario en su domicilio a donde acudía parte de la élite intelectual del país. Además, fue la segunda mujer en ingresar en la Real Sociedad Económica Matritense (sociedad económica de corte reformista); ante la negativa de la junta directiva a su ingreso, María Josefa Pimentel instituyó la Junta de Damas de Honor y Mérito, dentro de la misma institución, para dar más valor a las mujeres dentro de la entidad.
 Por otro lado, la duquesa ejerció de mecenas, financiando diversas obras de arte y a artistas tan importantes como Francisco de Goya (el "Aquelarre", por ejemplo, fue un encargo de la aristócrata; también existe en el Museo del Prado "La familia de los duques de Osuna).  En una entrada anterior ya hablamos del papel de mecenazgo de las reinas hispanas (ver entrada Las reinas y el arte), pero no fueron las únicas. Infantas, abadesas o aristócratas también contribuyeron con su dinero y sus gustos artísticos a difundir el arte.

La condesa-duquesa de Benavente (Francisco de Goya, 1785)
El Jardín del Capricho, fue una iniciativa muy importante de la duquesa que tuvo su inicio hacia 1783, y tuvo posteriores añadiduras y reformas en el siglo XIX. Como su nombre indica, este espacio ajardinado fue diseñado a capricho de su comitente, con salón de baile, invernadero, casas rústicas y otras sorpresas muy agradables para el/la visitante.
El jardín, considerado de carácter histórico, ha llegado muy bien hasta gracias a una acertada política de conservación (aunque eso suponga, por ejemplo, que sólo abra al público los fines de semana); de influencias inglesas, la profesora Carmen Añón considera que es un "jardin femenino por esencia, hecho por una mujer de gusto, de sensibilidad, que ha viajado".

Una de las fuentes del Capricho


Casita rústica del Capricho

 A priori puede parecer que esas afirmaciones tienen cierto sesgo de género, aunque es cierto que el jardín está diseñado para el deleite de los sentidos y para el disfrute de una Naturaleza domesticada (incluso podemos encontrarnos un pequeño río artificial en el que la duquesa pasearía en barca los días primaverales), como era bastante habitual en aquella época.
 Más bien podemos decir que la duquesa se comportó como una mujer de la nobleza concienciada con el momento de cambios que estaban desarrollándose a finales del siglo XVIII; por lo tanto, la acción de  María Josefa Pimentel se inserta dentro de una corriente europea de acercamiento femenino aristocrático a la economía, la cultura, la política hasta donde era posible... y a la Naturaleza a través de espacios ajardinados, y que en España tiene un cercano reflejo en el Jardín del Príncipe de Aranjuez (en parte porque la duquesa compartió con la Monarquía al jardinero real Pablo Boutelou, no sin ciertos problemas debido sus fricciones con la reina María Luisa).


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Literatura

- Almudena de Arteaga, Capricho, Barcelona, 2012


Bibliografía

- Añón Feliú, C., “El Capricho” de la Alameda de Osuna, Madrid, 1984
-   Ariza, C., Los jardines de Madrid en el siglo XIX, Madrid, 1988
- Condesa de Yebes, La condesa-duquesa de Benavente, una vida en unas cartas, Madrid, 1955
- Luengo, M., “El Capricho de la Alameda de Osuna”, en Añón, C. y Luengo, M. (dirs.), Jardín y Romanticismo, Madrid, 2004, pp. 71-89

2 comentarios:

  1. Gracias José, de nuevo nos deleitas con interesante información histórica y bellas e ilustrativas fotografías que invitan a conocer el parque de inmediato. Espero con ilusión tu próximo artículo.

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  2. Muchas gracias por tu comentario, Janet, la verdad es que El Capricho es uno de mis rinconcitos favoritos de Madrid, especialmente en primavera. Me alegran mucho tus palabras, pronto habrá nuevas historias, jajaja.

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